HISTORIA

 

 

 

Prospecciones arqueológicas efectuadas en los años 1984 y 1988 localizaron en el término diferentes yacimientos cuyos hallazgos hacen sospechar la existencia de primitivas civilizaciones en la zona, como el asentamiento ibérico junto al Torretón, estructura defensiva estratégica en la que se han hallado materiales romanos del periodo republicano, o el medieval de la Cérida. Los hallazgos se conservan en el Museo Provincial de Teruel. En resumen, las distintas fuentes históricas consultadas se muestran de acuerdo en que el pueblo actual procede de la unión de los primitivos de Rubielos y la Cérida.

Encuadrada en la sexma de Barrachina de la Comunidad de Aldeas de Daroca, como tal es tierra de realengo, El complemento toponímico de la Cérida lo tomó en 1834 al constituirse como ayuntamiento propio dentro del partido judicial de Montalbán, hasta que en 1965 pasó a depender del de Calamocha. Los Primeros datos sobre sus censos conocidos nos informan de que en 1373 aportaban 40 moravedís, o que contaban con 66 vecinos en 1387, 58 casas en 1400, si bien se sabe que ya figuraba como aldea en 1205, cuando se efectuó el documento de colaciones y décimas eclesiásticas de la Comunidad.

Otras referencias históricas de la localidad cuentan que en una de tantas confrontaciones con Castilla merodeó por la zona hostigando a los pueblos de Rubielos, Cosa y Bañón el caballero de Molina, Gómez Carrillo. el Feo, al frente de una porción de “malhechores y gente desmandada a caballo, que “intentó robar ganado”. Se sabe de una sentencia real en 1561 a favor del concejo de Torrijo por la que se impedía que el ganado cabrío de Rubielos entrase a pastar a sus dehesas; también que en octubre de 1624 el arzobispo de Zaragoza D, Juan Martínez de Peralta “dio la comunión a los niños de Bañón, Villarejo y Rubielos,  o las múltiples escaramuzas bélicas que debió de contemplar a lo largo de los siglos el citado Torretón.

Durante la guerra carlista era Rubielos un importante feudo liberal, hasta que en una acción de guerra fue tomado por los partidarios de D. Carlos. Para Salvar la vida, los liberales se vieron en la necesidad de huir a través del monte hasta Calarnocha, donde esperaron hasta que de nuevo fue retomado el pueblo por las armas de la reina.

Todavía evocan los mayores el protagonismo que tuvo el pueblo en la pasada contienda civil, al estar en la línea del frente entre Argente, Perales y Bueña.

En la cima del cerro de San Cristóbal tenía el ejército de Franco los puntos de observación y de avanzadilla, en las casas de Rubielos se alojaban los mandos, y la tropa hacía Io propio en los alrededores. Recuerdan como, iniciada la ofensiva hacia Singra, un avión bombardeó las líneas propias en la partida del Peirón de la Hoya Roja, causando numerosas bajas de soldados y de animales; también las guardias nocturnas que llevaban a cabo los propios civiles en la localidad, o la defensa ciudadana que organizaron, a base de horquillas y de otros útiles agrícolas, al tener noticia de que un grupo de soldados republicanos, los rojos según nuestro informante, merodeaba por los alrededores. Todavía pueden verse restos de esta contienda en el Monte Alto, en el cerro de San Cristóbal y en los Pilones, en general se trata de puntos de observación y de trincheras de cemento. (Mas información ver trincheras de Rubielos...)

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